Para definir a Pedro en pocas palabras, diríamos: luchador de causas difíciles, pero no perdidas.
Pedro fue el principal motivo de nuestra visita a Villegas, tras descubrir un artículo sobre nosotros en El País.
Fue en 2003, tras leer otro artículo sobre la Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón, pedanía de Villegas, cuando se enamoró de ella, a pesar del estado prácticamente ruinoso en que se encontraba.
Hoy es la cabeza visible de la Asociación de Amigos de Villamorón, que desde 2003 comenzó a luchar para que la iglesia siguiera en pie, y donde a día de hoy se encuentran inmersos en restauraciones internas, tras consolidar el edificio y restaurar la cubierta. Todo este increíble trabajo ha sido posible gracias al esfuerzo de la Asociación, que lucha por conseguir fondos de organismos públicos, pequeños patrocinadores y campañas de crowdfunding.
Es realmente increíble la labor de comunicación, difusión y gestión que Pedro y los miembros de la Asociación están haciendo por esta iglesia, con la que él en particular, no tenía relación alguna hasta su inesperado descubrimiento.
Pedro está invirtiendo miles de horas en mantener un patrimonio cuyo destino no está claro. Viaja desde Burgos sin dudarlo, llave en mano para abrirla iglesia y explicar todo el trabajo que se está llevando a cabo.
Es realmente impresionante y sorprendente ver semejante capricho arquitectónico en un lugar como Villamorón, prácticamente deshabitado en la actualidad.
Esperamos y deseamos que, a medida que avance su restauración, esta afortunada iglesia encuentre una nueva función adecuada a los nuevos tiempos y, por favor, no dejéis de investigarla para enamoraros de ella y convertiros en mecenas.
Pedro es un loco muy cuerdo, que nos sirve de inspiración.