De entrada, lo primero que te dice es que es de Tierras Altas. Lo dice con sentido orgullo. Es un gran conocedor de su tierra, en el nordeste de la provincia de Soria, así como de Señuela, de la que conoce mil y una historias. Es el “culpable confeso” de que exista www.señuela.com, una web donde se recogen textos sobre el pueblo, la historia, el patrimonio, etc. Y con ese afán de escribir y compartir conocimiento sobre pueblos sorianos, tiene el blog Otra Soria, también muy recomendable.
Cándido es el perfecto embajador de un pueblo tan especial. Es hombre de muchas y sabias palabras. Conoce sobre el pasado rural como pocos hemos encontrado en el camino y lo explica todo con gusto y detalle, a quien le pregunta.
Con la Asociación, formada por hijos, amigos y vecinas y vecinos, han recuperado las fiestas patronales y restaurado la fragua y el horno comunal, que disfrutan con su puesta en marcha una vez al año. Nos enseñó también el viejo lavadero, donde hace unos años les robaron, con nocturnidad y alevosía, dos pilas de piedra enormes.
Señuela ha sido un lugar diferente a lo que estamos acostumbrados a encontrar. Lo notamos en el recibimiento en cuanto bajamos de la Bitxa, en la plaza-frontón del pueblo. Durante la semana, soledad en sus calles, bajo la sombra alargada de la iglesia de Santo Domingo de Silos. Y es que, la comunidad disfruta, revive y el pueblo se recupera de viernes a domingo, vacaciones y festivos de todo el año.
Aunque duerma a veces sola, Señuela es un pueblo con alma, y es que sus gentes la desbordan de cuidados y atenciones mientras disfrutan de ella.