Era un día lluvioso y habíamos montado el estudio en el pequeño frontón de Baliarrain cuando retratamos al ex-alcalde, Martzelino. Nos contó que Baliarrain es uno de esos pueblos que hace 20 o 30 años empezó a transformarse, con idea de atraer a más habitantes. De tener unos pocos caseríos alrededor de la iglesia y que las vacas pastaran por cualquier lado, pasaron a multiplicar varias veces el número de habitantes gracias a varias promociones de casas, al mejorar la carretera de acceso, etc.
Actualmente tienen un bar-restaurante, un gimnasio, un economato, un frontón y una biblioteca, entre otros servicios. Todo esto, sumado a su cercanía con otros pueblos mayores, hace que sea un lugar perfecto para vivir una vida tranquila en contacto con la naturaleza. La transformación del pueblo ha sido posible gracias al empeño de sus habitantes y sus responsables, como Martzelino, que durante años han trabajado para hacer que Baliarrain sea un lugar con una gran calidad de vida.