María es la mayor de cuatro hermanos, algo que antiguamente era habitual y sin embargo actualmente es insólito en Tierras Yangüesas.
Yanguas, de pasado merinero y comerciante, y con tradición de arrieros y tratantes, a mediados del siglo XX, sufrió, al igual que toda Tierras Altas, una gran emigración. Tierra de Yanguas no se adaptó a la revolución industrial, por lo que sus gentes, buscando un mejor porvenir, migraron a áreas más industrializadas como Zaragoza o La Rioja.
En los últimos años, gracias a la familias como la de María, de origen rumano, o familias venidas de Valencia, Madrid o Marruecos, entre otros, y junto a los moradores de toda la vida, Yanguas está teniendo una nueva oportunidad para no quedar despoblada como muchos otros núcleos de la zona.
María nació en Madrid, pero su padre soñaba con tener una gran granja de animales y, finalmente, tras mucho buscar, apareció la oportunidad de poder tenerla en Yanguas. Llevan casi 10 años afincados en el pueblo, donde sus padres se dedican a la ganadería ovina, como antaño.
María, además de estudiar, trabaja en la Oficina de Turismo de Yanguas donde recibe a los visitantes que, atraídos por la denominación de uno de “Los Pueblos Más Bonitos de España”, vienen a conocer el Castillo y sus calles empedradas y empinadas.