La historia de Rita es particular. Según nos contó, fue la última en nacer en el pueblo, con la ayuda de tía Lucía, la matrona que ayudaba en todos los partos que se producían en el pueblo. Eso fue en 1970.
Hoy día es una de las pocas vecinas que residen en el pueblo durante todo el año, 15 o 17 según preguntes. Es toda una institución en el pueblo, muy querida por todo el mundo. Nos hizo mucha compañía durante nuestra estancia. Nos preguntó mil cosas sobre el proyecto del archivo y sobre la vida en autocaravana, y nosotros le preguntamos sobre el pueblo, las fiestas, etc.
Rita tiene sus gallinas, su huerta y anteriormente regentaba el bar familiar en la Plaza Mayor del pueblo. Mucha gente del entorno rural más próximo la conoce, tantos años en la barra del bar lo hicieron posible. Ahora las Antiguas Escuelas del pueblo hacen de bar y son propiedad del ayuntamiento. Sin duda, los bares son los últimos reductos sociales de los pueblos. Cuando se cierra el último bar de un pueblo, es un claro síntoma de la mala situación poblacional que atraviesa la comunidad.
Le agradecemos mucho a ella y a sus hermanos que animaran a su madre a que viniera a hacerse un retrato y es que, Jesica, nacida en 1930, no suele salir de casa. Todo el mundo en Fuentestrún lo apreció mucho.