Ibon no es natural de Arruazu. De hecho, nació en San Sebastián y desde hace bastantes años ya, vive, con su propia familia, en Alegia, Gipuzkoa. Sin embargo, Ibon es el gran “culpable” de que hayamos parado en Arruazu.
Su padre nació en una de las casas del pueblo y parte de su familia y amigos viven allí. La conexión que tiene con el pueblo es muy fuerte. Los recuerdos de una infancia muy feliz emergen nada más pisar su suelo. Pasó parte de su infancia jugando en sus calles, recorriendo sus bosques, buscando fósiles, bañándose en el río, corriendo de una casa a otra…
Le cambia la voz cuando nos cuenta que sus padres vendieron la casa donde disfrutaban de los fines de semana y de las vacaciones. Esta relación con el pueblo sigue cuestionándonos qué significa “ser del pueblo”. Está claro que Ibon quiere ese pueblo, lo aprecia y disfruta cuando puede. Guarda con gran cariño todos esos recuerdos. Un paseo con él por sus calles es conocer anécdotas, parte de la historia del pueblo, las casas que están vacías, etc. Es un viaje nostálgico al pasado más feliz que puede haber tenido un niño. Esperamos que en un futuro pueda volver a tener una casita o rincón para seguir disfruntando de Arruazu con su familia y amigos.