Aratz es una suerte para el pueblo de Orendain. Con 10 años vive junto con su hermano Aieko y sus padres muy cerca del frontón donde nos resguardamos los días de lluvia y viento. Un chaval muy majo, especialmente majo. Es muy aficionado a la bici de montaña, más que al frontón o al fútbol, deportes con más aficionados de su edad. Aun así, nos dejó jugar con él al frontón con una raqueta que fue a buscar corriendo a su casa. Nos explicó su vida en el pueblo, nos contó de sus gallinas y de cómo cuidarlas. Hizo exhibición del control que tiene de su coche a pedales, incluso pusimos un poco de agua en el suelo del frontón para hacer unas piruetas muy chulas.
Nos regaló media docena de huevos; estaban increíbles. El domingo, día de despedidas, nos preparó junto a su hermano pequeño y a su amiga Araitz, una canción de despedida que decía algo así como: “Gracias por venir, esperamos que lo hayáis pasado bien haciendo fotos. Gracias, gracias“ y otra media docena de huevos más, con una nota muy bonita que nos guardamos en el "corcho de los recuerdos" dentro de la Bitxa. ¡Gracias Aratz!